Revitalizando prácticas ancestrales mediante la restauración forestal

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Los efectos de la deforestación y degradación por acciones antrópicas en nuestro planeta han afectado directa e indirectamente nuestro bienestar, razón por la que nos preguntamos qué podemos hacer para contrarrestar estos efectos. Anclados en este fundamento, Naturaleza y Cultura Internacional conjuntamente con las comunidades indígenas de la provincia de Pastaza en Ecuador, han emprendido un proyecto de restauración para recuperar áreas degradadas y recuperar la funcionalidad de estos ecosistemas. 

A través del proyecto “Acciones por la Amazonía”, apoyado por NORAD, Naturaleza y Cultura Internacional viene ejecutando actividades que buscan evitar y revertir la deforestación en la Amazonía ecuatoriana, garantizando los derechos y medios de vida sostenibles de los pueblos indígenas y comunidades locales.  

La comunidad elegida para formar parte de este proyecto, Shuar Kawa, se seleccionó de una lista de áreas prioritarias para la restauración por el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica del Ecuador, debido a la tasa de deforestación y la necesidad de intervención. A su vez, el Plan de implementación de medidas y acciones para reducir emisiones por deforestación y degradación de bosques de la provincia de Pastaza (PdIPPz REDD+), incorpora metas de restauración, a las que se busca aportar en su complimiento a través de este proyecto. 

La comunidad de Shuar Kawa participó activamente en el proyecto

Así, desde septiembre de 2022, se trabaja con el objetivo de restaurar 95 hectáreas de áreas degradadas para recuperar la funcionalidad de estos ecosistemas. Para el efecto, la comunidad involucrada participó en un proceso de consulta previa, libre e informada (CPLI), con el fin de tener su consentimiento para ejecutar este proyecto en su territorio.  

Una vez obtenido su consentimiento, el proyecto comenzó con el fortalecimiento de capacidades en restauración de áreas degradadas y sus beneficios alternos, y la construcción de un vivero temporal para la propagación de 63 especies nativas para el abastecimiento de plántulas que posteriormente serán establecidas en áreas de interés hídrico y sistema tradicional “Chakras” – administrado por comunidades indígenas. 

Además, en pro de la equidad de género, se enfatizó que las actividades que se ejecutan, deberán incluir a las mujeres de la comunidad, y así, generar otro ingreso económico temporal, dada su tradición ancestral de ser las encargadas del cuidado de las Chakras. 

Tradicionalmente, las mujeres son las encargadas de mantener las Chakras

La persona encargada de esta actividad, Amparito Lima, especialista en restauración de NCI, recalca “No vinimos solo a restaurar. Al compartir y hablar con la gente de las comunidades, hemos aprendido mucho, complementando el aspecto técnico con su cultura y tradiciones, aspectos importantes para el desarrollo satisfactorio de las actividades en campo, siendo inclusivos y respetando los conocimientos ancestrales, compartiendo y difundiendo el empeño y la apertura de las comunidades para este proyecto que ha sido aceptado por la comunidad y ha florecido con la participación activa tanto de hombres como de mujeres”. 

La restauración es importante porque permite recuperar la estructura y funcionalidad de los bosques. Al restaurar las áreas degradadas, se puede mejorar la calidad y cantidad de agua recolectada para el consumo de las comunidades. Hasta ahora, el proyecto ha sido exitoso, ya que ha restaurado 77 hectáreas de áreas degradadas y ha diversificado su producción con la plantación de especies forestal, mismas que se han seleccionado estratégicamente para ser implementadas en áreas de interés hídrico y en sistemas productivos, conocidos como Chakras.  

Trabajando juntos, las comunidades y las organizaciones pueden implementar acciones como restaurar áreas degradadas, reforzar el rol de las mujeres, fortalecer comunidades, y proteger el planeta. Este proyecto sirve como ejemplo de lo que es posible cuando colaboramos y tomamos medidas para restaurar nuestro mundo natural. 

El 22 de abril conmemoramos el Día de la Tierra, una oportunidad para reconocer nuestro rol en el cuidado del planeta y todas las formas de vida que habitan en ella. 

Para nuestro director ejecutivo, Guillermo Maraví, es necesario crear acciones inmediatas para detener la acelerada pérdida de biodiversidad y generar acciones eficaces, de forma colaborativa para hacer frente al cambio climático. 

En ese sentido, destaca que Naturaleza y Cultura Internacional, además de promover el establecimiento de áreas de conservación que estén conectadas a otras iniciativas de conservación, se involucra en su gestión y manejo, con el objetivo de que sean sostenibles en el tiempo. 

Para Guillermo, ese trabajo que sólo es posible porque lo realizamos en colaboración con las comunidades locales, campesinas e indígenas debe prevalecer, porque es allí donde los conocimientos acumulados durante años sobre el cuidado de la tierra tienen muchas de las soluciones a la crisis climática y de biodiversidad del mundo.  

Además, en Perú ayudamos a que las especies en peligro y endémicas tengan un lugar seguro para alimentarse y desplazarse. Protegemos el hábitat de animales como el colibrí de cola espátula en Amazonas, conocido por ser uno de los colibrís más hermosos del mundo o también el emblemático oso de anteojos que hemos registrado en Piura, Cajamarca, Amazonas y Huánuco.

Loddigesia mirabilis, una especie de colibrí endémica del norte de Perú.

¡Perú es hogar de miles de especies cuyos hábitats debemos proteger y rehabilitar! Nuestras acciones dejan huella. Tenemos un solo planeta para vivir, con cientos de plantas y animales que, como nosotros, dependen del buen estado de los ecosistemas, del aire puro, del agua fresca, y tantos otros servicios nos provee la madre tierra. 

Perú es un país resiliente, unido, fuerte y orgullosamente biodiverso. Hemos demostrado que juntos somos capaces de sumar pequeñas acciones y generar grandes cambios. Por el Día Internacional del Bosque queremos reconocer el esfuerzo de los peruanos que se sumaron a la campaña “Planta un árbol y siembra vida”.

Hace algunos meses involucramos al público en general de Perú a la campaña “Planta un árbol y siembra vida” con el objetivo de devolverle su espacio al bosque de las comunidades campesinas de Llamapampa La Jalca y San Pedro de Chuquibamba, en Amazonas y con ello recuperar los servicios ecosistémicos como control del clima, regulación de agua y control de inundaciones. 

Esta campaña nació como parte de un convenio entre la Red de Conservación Voluntaria de Amazonas – AMA, que agrupa iniciativas de conservación voluntaria y Naturaleza y Cultura Internacional, quien trabaja en las Áreas de Conservación Privada de ambas comunidades.

Residentes de las comunidades de Llamapampa La Jalca y San Pedro de Chuquicamba en Amazonas

Durante la campaña, los principales protagonistas fueron los pobladores de las comunidades, quienes cuidaron de las plantas nativas en los viveros comunales, hasta ser adoptados y contar con los recursos para trasladarlos al bosque y sembrarlos en áreas degradadas. Ahora, estos árboles son monitoreados y reciben el cuidado necesario para desarrollarse.

Napoleón Vega Escobedo

Conversamos con Napoleón Vega Escobedo, presidente de la Asociación Agrícola forestal turística de Palmira, en el distrito de Leymebamba y describe a la campaña como una oportunidad para fortalecer la propagación de especies nativas y medicinales, estas últimas con un valor agregado para la comercialización. 

Gracias a la campaña “Planta un árbol y siembra vida”, decenas de peruanos pusieron su granito de arena para mantener el buen estado del bosque, mejorar las condiciones climáticas para la humanidad y los cientos de animales que habitan en ambas ACP, porque allí encuentran alimento necesario y escenario ideal para reproducirse. 

La Plataforma Amazónica es una alianza entre gobiernos locales y nacionalidades indígenas para gestionar eficazmente grandes extensiones de la selva amazónica.

Ecuador alberga solamente el 2% de la selva amazónica y, sin embargo, el agua de este lugar alimenta a toda la cuenca amazónica. Aquí, las provincias de Pastaza, Zamora Chinchipe, Morona Santiago y siete nacionalidades indígenas de la Amazonía ecuatoriana han comenzado a trabajar juntas para mostrarle al mundo que la deforestación y la degradación de la selva tropical más grande del planeta pueden revertirse.

La Plataforma Amazónica por los Bosques, el Clima y el Bienestar Humano es un acuerdo de colaboración entre las seis provincias de la Amazonía ecuatoriana y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía del Ecuador (CONFENIAE). En la primera fase de este pacto, tres provincias se comprometieron a gestionar y proteger eficazmente más de 4 millones de hectáreas, conformando el corredor biológico de bosque continuo más grande del Ecuador y secuestrando 2.300 millones de toneladas de carbón.

Amazonian Platform

El esfuerzo colectivo entre los gobiernos locales y las nacionalidades indígenas llega en un momento crítico, ya que las amenazas a la Amazonía ecuatoriana por la deforestación, la minería, la expansión agrícola y el desarrollo aumentan a diario. Con la asistencia técnica de Naturaleza y Cultura Internacional, esta unificación de los esfuerzos de conservación será un ejemplo de un medio efectivo para proteger la selva amazónica.

El 28 de diciembre de 2021, Naturaleza y Cultura Internacional y los prefectos de las provincias de Morona Santiago, Pastaza y Zamora Chinchipe firmaron un acuerdo que avanza en la construcción de la propuesta “Plataforma Amazónica por los Bosques, el Clima y el Bienestar Humano” junto con las comunidades indígenas. El liderazgo de estas tres provincias es un paso crucial para combatir el cambio climático y promover en el bienestar de su población, basado tanto en los avances generados en el campo de la conservación como en los acuerdos alcanzados con los pueblos indígenas y las comunidades locales.

Esta alianza es un compromiso para gestionar y proteger de manera sostenible el corredor biológico de bosque continuo más grande del Ecuador en áreas de conservación provinciales. Generará oportunidades para la implementación de una Estrategia Nacional y Estrategias Provinciales de Cambio Climático, REDD+ y RIA, incluyendo la reducción de la deforestación, la restauración de áreas degradadas, la implementación de proyectos de medios de vida sostenibles y la gestión de áreas de conservación existentes, entre otras iniciativas.

Estas áreas están actualmente protegidas dentro del sistema de conservación subnacional (como ACUS Provincial – Áreas de Conservación y Uso Sostenible) y cubren un área más grande que todas las áreas protegidas dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la Amazonía Ecuatoriana.

Esta zona es el hogar de 7 de las 14 Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana: Shuar, Achuar, Kichwa, Waorani, Sápara, Andoa y Shiwiar y también alberga una increíble biodiversidad de formas de vida, distribuidas en 28 Ecosistemas reconocidos oficialmente por el Ministerio de Ambiente y Agua de Ecuador, lo que la convierte en uno de los lugares más diversos de toda la Amazonía.

Naturaleza y Cultura ha apoyado los esfuerzos de conservación y manejo en Pastaza por más de diez años.

En 2017, Naturaleza y Cultura ayudó a establecer el Área Ecológica de Desarrollo Sostenible de Pastaza de 2,5 millones de hectáreas en la región central de la Amazonía ecuatoriana. Poco después, apoyamos su participación en el Grupo de Trabajo de Gobernadores sobre Clima y Bosques (GCF, por sus siglas en inglés); una colaboración subnacional entre 38 estados, provincias y regiones de 11 países para proteger los bosques, reducir las emisiones y promover el desarrollo sostenible.

Desde 2020, Naturaleza y Cultura Internacional ha trabajado con el gobierno de Pastaza para desarrollar su primer Plan de Implementación REDD+ en conjunto con las siete nacionalidades amazónicas de la provincia. El plan de implementación de REDD+ establece objetivos de gestión sostenible y abre la puerta para que se envíe más financiamiento climático directamente a la región.

En 2021 Pastaza se convirtió en el primer gobierno provincial de la región amazónica en contar con un Plan de Implementación para Reducir la Deforestación y Degradación de sus bosques, el cual fue construido en conjunto con las siete nacionalidades amazónicas de la provincia.

Zamora Chinchipe y Morona Santiago siguen su ejemplo.

En 2018, con la ayuda de Naturaleza y Cultura, Zamora Chinchipe declaró un área protegida provincial de 1,1 millones de hectáreas y está en proceso de construcción de su Plan de Implementación para Reducir la Deforestación y Degradación de sus bosques.

En 2021, el gobernador de Morona Santiago firmó un acuerdo con las nacionalidades indígenas Shuar y Achuar para declarar las 2.5 millones de hectáreas propuestas de Áreas de Conservación y Uso Sostenible. Esto prepara el escenario para que estos dos gobiernos provinciales sigan los pasos de Pastaza e implementen sus propios planes REDD+. Próximamente, tanto Zamora Chinchipe como Morona Santiago, también formarán parte del Grupo de Trabajo del GCF.