La propuesta de Área de Conservación Regional San Pedro de Chonta es un espacio con una gran diversidad florística atractiva para el estudio y registro de especies de la familia Orchidaceae (orquídeas).
Los especialistas de Naturaleza y Cultura Internacional – Huánuco, tomaron en cuenta ecosistemas de bosques de yungas en diferentes niveles de altitud en las localidades de: San Antonio de Padua, Santa Rosa de Oso, Ututo y San Pedro de Chonta, para acopio de información de línea de base para determinar la diversidad de orquídeas.
Como primer resultado se obtuvo un registro de 181 especies distribuidos en 47 géneros, lo cual evidencia la gran riqueza de orquídeas que existe en la zona.
Pleurothallis sp.
En Ututo y San Pedro de Chonta se alcanzó 113 especies, en San Antonio de Padua 21 y en Santa Rosa de Oso 47 especies, de ellos un 67% presentan crecimiento epífito, 22% terrestre, 1% litófito, y los otros 10% de las especies poseen más de un hábito de crecimiento.
Por otra parte, los géneros con mayor representatividad son Epidendrum, Pleurothallis, Maxillaria y Lepanthes, mientras que, Xylobium, Dichaea, Cleistes, Pseudocentrum solo presentan una especie registrada.
“Estos resultados muestran el destacable potencial de orquídeas dentro de la propuesta de Área de Conservación Regional San Pedro de Chonta, así mismo, se denota el registro de especies que amplían su distribución al departamento de Huánuco, es decir, son nuevos registros para el departamento, entre estas citamos a: Telipogon ariasii, Pleurothallis dunstervillei, Epidendrum hemiscleria, Pseudocentrum aff. silvicola entre otros”
Luis Enrique Egoavil Arroyo, especialista del equipo técnico de NCI.
La propuesta de Área de Conservación Regional San Pedro de Chonta tiene una extensión de 53,390.00 hectáreas y está ubicada en la jurisdicción de los distritos de Cholón y Huacrachuco en la provincia del Marañón, del departamento de Huánuco, en el margen izquierdo de la cuenca del río Chontayacu, tributario del Huallaga, en los límites de los departamentos de Huánuco y San Martín.
Con la finalidad de establecer una línea de base biológica que sirva para la creación, establecimiento y gestión de Áreas Naturales Protegidas, Naturaleza y Cultura Internacional (NCI), desde el año 2015 implementa y desarrolla trabajos de conservación de las muestras representativas de los ecosistemas del departamento de Huánuco y su biodiversidad.
En el año 2020, tras el establecimiento del Área de Conservación Regional (ACR) Bosque Montano de Carpish y el reconocimiento del Área de Conservación Privada (ACP) Unchog, NCI con el apoyo de Critical Ecosystem Partnership Fund (CEPF) realizaron un Estudio Biológico Rápido para determinar la distribución de “especies detonadoras” y endémicas del Bosque Montano de Carpish.
Este estudio sirvió de insumo para la elaboración del Plan de Maestro del ACR y el Plan de Monitoreo del ACP. Ese mismo año, NCI junto con el Gobierno Regional Huánuco y el financiamiento de Andes Amazon Fund (AAF), inician las gestiones para el establecimiento de dos nuevas Áreas de Conservación Regional en el departamento de Huánuco, ACR Yanajanca y ACR San Pedro de Chonta, respectivamente.
En el 2021, se suma a este esfuerzo, American Bird Conservancy (ABC), con la finalidad de generar información del comportamiento de las aves y determinar el estado de conservación que tienen los bosques que les proveen de alimento y refugio, datos que contribuyen a la gestión efectiva del ACP y del ACR.
A finales del 2021, Rainforest Trust (RFT) se suma a la iniciativa de NCI y el Gobierno Regional Huánuco, para conservar los ecosistemas de punas húmedas, matorrales andinos, yungas, bosques de terraza de las propuestas de Área de Conservación Regional San Pedro de Chonta y Yanajanca.
Como resultado de las investigaciones y trabajos de campo realizadas por el equipo técnico de profesionales, consultores y aliados estratégicos de Naturaleza y Cultura Internacional, se registraron hasta la fecha más de 450 especies de aves en el ámbito de la región Huánuco, de dentro del Mosaico Carpish-Río Abiseo.
La cifra representa el 24% del total de aves del Perú y de ellas más de 30 especies son endémicas, haciendo un 25.6% de las aves endémicas de Perú. Según Manuel A. Plenge (Lista de las Aves del Perú), se han registrado 1892 especies de aves.
Acerca del Mosaico Carpish-Río Abiseo
El Mosaico Carpish-Río Abiseo, se encuentra ubicado entre los departamentos de Huánuco y San Martín y abarca ecosistemas de mucha fragilidad y de importancia biológica y ambiental.
Además provee diversos servicios ecosistémicos a las poblaciones locales, asentadas en el ámbito del Mosaico. Tiene una extensión de 1,523,026.83 ha. divididos en Áreas Nacionales (Parque Nacional de Tingo María y el Parque Nacional Río Abiseo), Áreas Sub Nacionales (ACR Shunté y Mishollo, ACR Bosque Montano de Carpish y ACP Unchog) y Áreas en proceso de creación (Propuesta de ACR Yanajanca y Propuesta de ACR San Pedro de Chonta).
Los anfibios cumplen un rol fundamental en la vida del planeta. Estas especies son consideradas claves en las funciones ecológicas de los ecosistemas, pues son controladores de insectos y constituyen alimento de muchos otros animales. Científicos del Museo de Zoología de la Universidad Técnica Particular de Loja (MUTPL), identifican a los anfibios como potenciales indicadores biológicos del estado de los ecosistemas; por ejemplo, las ranas de cristal depositan sus huevos en quebradas libres de contaminación, por lo que su presencia puede significar agua de buena calidad.
El científico del MUTPL, Diego Armijos-Ojeda, considera que las investigaciones realizadas en el sur del Ecuador han permitido conocer nuevas y diversas especies de ranas y encontrar algunas que se creían extintas. Recomienda valorar la biodiversidad de esta zona que aún está en proceso de ser descrita, pues en algunos casos especies desaparecen sin conocerlas, como ha sucedido en el Abra de Zamora.
El Abra de Zamora es una zona de páramo arbustivo que se ubica en la cordillera de los Andes entre las provincias de Loja y Zamora Chinchipe, al norte del Parque Nacional Podocarpus y es aquí donde durante los últimos 30 años parecen haberse extinguido al menos cuatro especies de ranas, según los reportes del MUTPL.
Reserva Natural Numbala
Aproximadamente a 730 kilómetros de la ciudad de Quito, Ecuador, en la provincia de Zamora Chinchipe, se encuentra la Reserva Natural Numbala, en el cantón Palanda, en un rango altitudinal de 1700 a 3120 msnm, con una superficie de 1895 hectáreas.
Cajanuma – Parque Nacional Podocarpus
En los páramos y bosques nublados, en el límite de las provincias de Loja y Zamora Chinchipe, se encuentra el Parque Nacional Podocarpus, cuya superficie es de 144993 hectáreas, en un rango altitudinal de 1000 a 3800 msnm.
En estos ecosistemas altoandinos de los alrededores del Parque Nacional Podocarpus, los científicos Paúl Székely, Diana Székely, Diego Armijos-Ojeda, Santiago Hualpa-Vega y Judit Vörös, descubrieron tres nuevas especies de ranas de lluvia del género Pristimantis (Familia Strabomantidae). Esta investigación se realizó entre el equipo del MUTPL, Hungarian Natural History Museum y la Organización Green Jewel, y fue recientemente publicada en la revista Herpetological Monographs, bajo el nombre de “Molecular and Morphological Assessment of Rain Frogs in the Pristimantis orestes Species Group (Amphibia: Anura: Strabomantidae) with the Description of Three New Cryptic Species from Southern Ecuador”.
Para conocer los detalles de esta investigación, el equipo de comunicación de Naturaleza y Cultura Internacional conversó con Diana Székely, una de las científicas responsables del estudio, y esto fue lo que nos comentó:
¿Cómo fue el descubrimiento de las tres nuevas especies?
Durante más de 7 años, se han venido realizado expediciones, en un esfuerzo de monitoreo para estudiar y conservar la biodiversidad de este sitio único en el mundo. Así fueron encontradas las tres nuevas especies de rana para la ciencia. Una vez encontradas, los caracteres morfológicos de cada uno de los individuos se compararon con las especies conocidas.
Como era evidente que estas ranas eran diferentes a cualquiera de las especies conocidas anteriormente, se recolectaron muestras que fueron depositadas en el Museo de Zoología de la UTPL. El análisis de ADN confirmó que, de hecho, estábamos tratando con tres nuevas especies, estrechamente relacionadas, de ranas con desarrollo directo. Además, las relaciones genéticas indicaron que son una rama evolutiva de ranitas que suelen vivir en el interior de las bromelias (familia Bromeliaceae), pero que se han adaptado a vivir como arborícolas.
¿Qué amenazas enfrentan las nuevas especies?
Sabemos poco sobre la ecología y la historia de vida de estas especies. Las tres especies tienen fuertes preferencias de hábitat en bosques densos y vegetación arbustiva de zonas altoandinas (más de 2800 msnm), se las puede encontrar sobre ramas o paredes de piedra cubiertas de musgo justo debajo del páramo; es decir, en sitios muy húmedos.
Esta fuerte dependencia de un tipo particular de hábitat indica que, cualquier cambio que pueda ocurrir, ya sea causado directamente por el cambio de uso de suelo como la tala de bosques o indirectamente por el cambio climático o por la reducción de la humedad, implica que las especies corren un alto riesgo de desaparecer, pues no tendrían donde vivir.
Además, nunca son abundantes en sus hábitats y probablemente tienen poblaciones pequeñas, aunque las razones e implicaciones de esto requieren mucha más investigación.
¿Cuál es la importancia de las áreas protegidas para la preservación de los ecosistemas de estas especies de rana?
Las tres especies se encontraron sólo dentro de áreas protegidas o en sus inmediatos alrededores, aunque también se llevó a cabo un extenso trabajo de campo en el exterior. Sin embargo, no podemos estar seguros de que las especies no estén distribuidas afuera. Por ahora, consideramos que estas áreas protegidas (tanto estatales como privadas) actúan como refugios para la permanencia de este linaje tan especial de diminutas ranas.
¿Qué acciones son necesarias para la protección de esta y otras especies?
Como se mencionó anteriormente, no se sabe mucho sobre la biología y las necesidades de estas especies. Por lo que sabemos, pensamos que lo más importante para su conservación es el mantenimiento de su hábitat lo más cercano posible al estado original. Esto garantizará no sólo su conservación, sino también la protección de otras especies emblemáticas que comparten el mismo espacio. Sin embargo, se necesita mucho más trabajo a partir de ahora, para comprender cómo estas ranas podrían verse afectadas por el cambio climático, las enfermedades y la introducción de especies exóticas invasoras.
¿Cuál es la importancia del descubrimiento de especies nuevas?
Cuando se descubre científicamente una especie, los investigadores publican una descripción de todos sus atributos. Por ejemplo, cómo se diferencia de todas las demás especies ya conocidas, además recibe un nombre único que refleja cómo se relaciona con las demás especies en el árbol de la vida. A partir de este momento, la especie puede ser estudiada en detalle y se recopila información sobre su ecología, demografía y biología de conservación, dado que los individuos de una especie comparten sus requerimientos y características de manera diferente a otras especies. Las medidas que se tomen para su conservación deben ser adecuadas para cada especie. Además, comprender e identificar especies individuales es fundamental para garantizar su conservación y también para evaluar la biodiversidad de un sector o área.
Abra de Zamora
¿Cómo se han apoyado estas investigaciones?
Desde hace 6 años se han venido articulando esfuerzos entre Naturaleza & Cultura Internacional (NCI) y La Universidad Técnica Particular de Loja, para estudiar la biodiversidad de la región sur de Ecuador y combatir las amenazas que enfrentan los ecosistemas tropicales de esta región.
Gracias al apoyo de Rainforest Trust, organización dedicada a promover la conservación de la vida silvestre amenazada y la protección de hábitats, se realizó un estudio de biodiversidad en la Reserva Natural Numbala (administrada por NCI) para explorar sitios prioritarios y muestrear especies faunísticas y florísticas en diferentes taxas: flora, herpetofauna, aves y mamíferos. Durante este estudio se colectó por primera vez ejemplares de la especie que hoy se describe como Pristimantis numbala.
De igual manera, con el apoyo de Rainforest Trust, desde abril 2022 se ejecuta un proyecto para la protección de especies endémicas de anfibios, con la finalidad de proteger los ecosistemas naturales del Abra de Zamora, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Podocarpus.
También, gracias al apoyo de Andes Amazon Fund, publicamos el libro “Río Negro-Sopladora, el descubrimiento de un tesoro natural” en 2017, una investigación de la riqueza biológica de este territorio que abrió la posibilidad para nuevas investigaciones y la creación de áreas protegidas.
Por otro lado, en el 2019, las medidas de conservación y gestión establecidas entre Critical Ecosystem Partnership Fund (CEPF) y NCI, permitieron que el Corredor de Conectividad Sangay-Podocarpus (CCSP) se establezca como el primer corredor ecológico de Ecuador. El corredor tiene una superficie de 567097 hectáreas y se distribuye entre las provincias de Morona Santiago, Azuay, Loja y Zamora Chinchipe.
En el corredor y sus alrededores, se han venido realizando investigaciones sobre especies nuevas de anfibios, con el objetivo de incrementar el perfil de importancia para su conservación a través del programa Key Biodiversity Areas (KBAs) que posibilita la identificación, cartografía, seguimiento y conservación, para salvaguardar las especies y sus hábitats; con el apoyo de Wild Wisdom Foundation. En ese contexto, recientemente se publicó el libro “Anfibios & Reptiles del Corredor de Conectividad Sangay-Podcarpus”.
Durante el pasado sábado 13 de mayo, los equipos de los Mosaicos Carpish – Río Abiseo (Huánuco) y Andes del Norte (Piura y Cajamarca) de Naturaleza y Cultura Internacional participaron del torneo mundial más importante de observación de aves, organizado desde el 2015, se trata del Global Big Day.
Nuestro equipo, conformado por Christian Pérez, Jhon Camones, Julián Saavedra, Luis Egoavil, Luis Huamán, Wilinton García, Isabella Monedero salieron con binoculares y cámara en mano para captar la gran diversidad de aves en el Área de Conservación Privada (ACP) Unchog y las propuestas de Áreas de Conservación Regional (ACR) Yanajanca y San Pedro de Chonta en Huánuco; así como Elio Núñez Cortez en las Áreas de Conservación Privada Huaricancha, Segunda y Cajas en Piura, y San Miguel de Tabaconas en Cajamarca.
Equipo de NCI en Perú durante el Global Big Day 2023
Durante el desarrollo del torneo nuestro equipo logró captar a 57 especies de aves en Yanajanca, de las cuales 6 son endémicas de Perú, es decir que solo se encuentran en nuestro pais; en Chonta reportaron 84 especies y 2 endémicas de Perú, en Unchog 14 especies y 2 endémicas de Perú.
Mientras que en la zona de Piura y Cajamarca, en las áreas de Tabaconas, Segunda y Cajas y Huaricancha se reportaron 15 especies, 12 restringidas a los Andes del norte y 03 endémicas.
Cotinga de subcaudales bayas (Doliornis sclateri) Foto: John CamonesTangara de bufanda amarilla (Iridornis reinhardti) Foto: John CamonesColibrí cobrizo (Metallura theresiae) Foto: Jhon CamonesTorito llano (Uromyias agraphia) Foto: Jhon Camones
Destacaron aves como la tangara de bufanda amarilla (Iridornis reinhardti), torito llano (Uromyias agraphia) y colibrí cobrizo (Metallura theresiae) en Yanajanca; tangara del Huallaga (Ramphocelus melanogaster) y moscareta peruana (Zimmerius viridiflavus) en Chonta; cotinga de subcaudales bayas (Doliornis sclateri) y colibrí cobrizo (Metallura theresiae) en Unchog; inca de ala anteada (Coeligena lutetiae), calzadito reluciente (Eriocnemis vestita) y pincha flor satinado (Diglossa lafresnayii) entre la zona de Piura y Cajamarca.
También, se logró reportar por primera vez para el ámbito de la propuesta de San Pedro de Chonta a la Aguilucho variable (Geranoaetus polyosoma) y a la Pucacunga (Penelope jacquacu).
¡Una gran experiencia para deslumbrarse con la belleza de las aves y con la variedad de especies existentes en el Perú!
UTPL y Naturaleza y Cultura Internacional Ecuador aportan a la conservación de especies de anfibios en el Podocarpus
En conmemoración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, la Universidad Técnica Particular de Loja y Naturaleza y Cultura Internacional Ecuador desarrollaron el evento de exposiciones magistrales “Biodiversidad, nuevos hallazgos y conservación de especies de anfibios en el Podocarpus”.
Evento “Biodiversidad, nuevos hallazgos y conservación de especies de anfibios en el Podocarpus”.
Desde el 2019, UTPL y Naturaleza y Cultura Internacional Ecuador han trabajado en proyectos de investigación, innovación y vinculación para conservar la vida silvestre, especialmente, anfibios y reptiles del Corredor de Conectividad Sangay – Podocarpus, así como del Parque Nacional Podocarpus y sus alrededores.
Como resultados de estos proyectos, se han generado importantes hallazgos, entre los cuales destacan la descripción de tres nuevas especies de ranas de los ecosistemas altoandinos del sur del Ecuador, denominados: pristimantis sagedunneae, pristimantis paladines, pristimantis numbala.
Pristimantis numbala ha sido nombrada en honor a la Reserva Natural Numbala, un área manejada por Naturaleza y Cultura Internacional que permite la conectividad ecológica al sur del Parque Nacional Podocarpus, garantizando la conservación de especies únicas de flora y fauna.
Pristimantis sagedunneae, reconoce la contribución de Anne Dunne, para la conservación de anfibios en el Corredor de Conectividad Sangay – Podocarpus, donde se protegen alrededor de 567 mil hectáreas de ecosistemas altoandinos.
Pristimantis paladines, se ha dedicado en honor a Félix Humberto Paladines Paladines, por su aporte en el ámbito académico y cultural en el sur de Ecuador. Además, reconoce la ardua labor de Naturaleza y Cultura Internacional, para proteger los ecosistemas más biodiversos de Ecuador y el planeta.
Felipe Serrano Montesinos, director ejecutivo de Naturaleza y Cultura Internacional Ecuador señala que, en conmemoración del Día Internacional de la Diversidad Biológica, se han sumado esfuerzos en coordinación con la academia para desarrollar el evento exposiciones magistrales “Biodiversidad, nuevos hallazgos y conservación de especies de anfibios en el Podocarpus” donde se socializó la situación actual de la conservación de los hábitats de anfibios en el Parque Nacional Podocarpus, la presentación de las nuevas especies de ranas y del libro de Anfibios y Reptiles del Corredor de Conectividad Sangay-Podocarpus.
Diego Armijos Ojeda, investigador de la UTPL, reconoce que el trabajo en equipo ha permitido que diversos grupos de investigación sumen esfuerzos para proteger estos y otros ecosistemas; además, recomienda valorar la biodiversidad que aún está en proceso de ser descrita que, en muchos casos desaparece sin conocerla. Como dato alarmante, Armijos señala, que durante los últimos 30 años se han extinguido al menos tres especies de ranas del Abra de Zamora, un área que está junto al Parque Nacional.
Entrega simbólica de cuadro de especies recién descritasEntrega simbólica de cuadro de especies recién descritasEntrega simbólica de cuadro de especies recién descritas
La actual crisis ambiental y ecológica nos enfrenta a una devastadora pérdida de biodiversidad, resultado del cambio climático y la deforestación. En este contexto, es imprescindible enfocar nuestros esfuerzos en promover la investigación y crear espacios de reflexión como prioridades regionales. El objetivo es abordar de manera integral la conservación de la biodiversidad en Ecuador, uniendo fuerzas para encontrar soluciones sostenibles y efectivas frente a esta problemática.
Conoce más del trabajo del grupo de investigación del Corredor de Conectividad Sangay – Podocarpus en el siguiente video:
El 22 de abril conmemoramos el Día de la Tierra, una oportunidad para reconocer nuestro rol en el cuidado del planeta y todas las formas de vida que habitan en ella.
Para nuestro director ejecutivo, Guillermo Maraví, es necesario crear acciones inmediatas para detener la acelerada pérdida de biodiversidad y generar acciones eficaces, de forma colaborativa para hacer frente al cambio climático.
En ese sentido, destaca que Naturaleza y Cultura Internacional, además de promover el establecimiento de áreas de conservación que estén conectadas a otras iniciativas de conservación, se involucra en su gestión y manejo, con el objetivo de que sean sostenibles en el tiempo.
Para Guillermo, ese trabajo que sólo es posible porque lo realizamos en colaboración con las comunidades locales, campesinas e indígenas debe prevalecer, porque es allí donde los conocimientos acumulados durante años sobre el cuidado de la tierra tienen muchas de las soluciones a la crisis climática y de biodiversidad del mundo.
Además, en Perú ayudamos a que las especies en peligro y endémicas tengan un lugar seguro para alimentarse y desplazarse. Protegemos el hábitat de animales como el colibrí de cola espátula en Amazonas, conocido por ser uno de los colibrís más hermosos del mundo o también el emblemático oso de anteojos que hemos registrado en Piura, Cajamarca, Amazonas y Huánuco.
Loddigesia mirabilis, una especie de colibrí endémica del norte de Perú.
¡Perú es hogar de miles de especies cuyos hábitats debemos proteger y rehabilitar! Nuestras acciones dejan huella. Tenemos un solo planeta para vivir, con cientos de plantas y animales que, como nosotros, dependen del buen estado de los ecosistemas, del aire puro, del agua fresca, y tantos otros servicios nos provee la madre tierra.
“La abuela”, un jaguar hembra que no había sido vista hace casi 10 años, hizo una aparición esperanzadora en los lindares del Ejido de Munihuaza.
Hace mucho tiempo que los pobladores del Ejido de Munihuaza no veían jaguares en sus tierras. El crecimiento de la ganadería y el libre pastoreo en la zona había reducido significativamente su hábitat, debido a un conflicto generado entre el animal y los ganaderos, quienes toman acciones ante el temor de que el felino cace a su ganado.
“Es falta de conciencia comunitaria”, dice Gilberto Díaz, técnico de Naturaleza y Cultura Internacional en México, “existe desconocimiento sobre la importancia de cuidar el hábitat del jaguar, ya que su supervivencia está íntimamente relacionada a la integridad del ecosistema”, puntualiza.
El Ejido de Munihuaza es parte de la zona de influencia del área natural protegida Sierra de Álamos-Río Cuchujaqui, al noroeste de México. Ahí, se entremezclan el matorral espinoso, los bosques de pino y encino y la vegetación riparia, creando un óptimo corredor de biodiversidad que alberga cientos de especies de flora y fauna, entre ellas el jaguar y otros felinos como el puma, el ocelote o el gato montés.
Así, en un esfuerzo por proteger el corredor más norteño del hábitat del jaguar, Naturaleza y Cultura Internacional se sumó a “Borderlands Linkages Initiative”, un proyecto liderado por Wildlands Network que involucró a ocho organizaciones de México y Estados Unidos en actividades de monitoreo del jaguar y de evaluación de necesidades de restauración en la región de Sonora.
Naturaleza y Cultura eligió al Ejido de Munihuaza, por ser colindante con la Reserva Monte Mojino, área privada de la organización, y porque representaba una oportunidad para colaborar con la comunidad en proyectos comunitarios con enfoque ambiental. “Para nosotros era fundamental que miembros del mismo Ejido participaran en las actividades”, cuenta Gilberto. Así fue como, él, y Anselmo Palomares, Alejo Palomares y José Bojórquez formaron el equipo de monitoreo y trabajaron juntos desde agosto de 2021 a abril de 2022 en la capacitación, instalación y mantenimiento de cámaras trampa para visibilizar al mítico jaguar.
La familia de Alejandro se involucró en el proceso
En total, instalaron 22 cámaras trampa que cubrían el 90% del Ejido. Para la ubicación de las estaciones de monitoreo, el equipo reconocía el área, la limpiaba y ubicaba cada cámara estratégicamente para evitar en lo posible “imágenes basura”, es decir, fotos activadas por el viento, hojas, etc. Díaz resalta que, aunque era la primera vez que José, Anselmo y Alejo realizaban monitoreo de vida silvestre, se apropiaron de la actividad. “Ideaban formas para asegurar el funcionamiento de las cámaras trampa, como caminar al estilo del jaguar”, dice.
Los guardaparques imitaban el caminar del jaguar para activiar las cámaras
El trabajo de instalación fue arduo, no sólo por la topografía irregular de la región que va desde los 0 msnm hasta los 1200 msnm, sino también por la temporada de verano. “Trabajábamos de 5 de la mañana al medio día y de tres de la tarde a 6 de la tarde, evitando las horas más calientes”, menciona Díaz. También se ayudaban de mulas para poder recorrer largas distancias y alcanzar los objetivos del día. Gilberto recuerda cálidamente que, las familias de la comunidad le hicieron sentir como en casa, ofreciéndole hospedaje y alimentación cuando las jornadas no le permitían volver a casa.
Ahora solo quedaba esperar. Los guardaparques debían monitorear periódicamente cada una de las estaciones de monitoreo, revisar el registro fotográfico de las cámaras, descargarlo, borrarlo antes de volver a instalar las cámaras. Cada uno de ellos recibió una compensación económica por esta actividad como un aporte para mejorar su situación familiar. “El apoyo se nota en la mesa” dijo uno de ellos, “este apoyo nos permite comprar gas”, complementó otro.
Pasaban los meses y no aparecía el jaguar en imagen. Vieron, entre otras especies, a venados, pumas, ardillas y muchas vacas, pero las características manchas negras del felino no aparecían en el registro. Cada jornada de monitoreo, el equipo lo buscaba con ilusión, pero mientras se acercaba el cierre del proyecto seguía sin aparecer. No fue sino hasta el último turno que lo vieron, en una de las cámaras ubicadas en el área mejor conservada del Ejido.
Imagen del jaguar en una de las cámaras
Con las muestras, la Reserva Jaguar del Norte confirmó que no sólo se trataba de un jaguar, sino que era la segunda hembra más longeva registrada en la región, un individuo que no había sido visto en la zona desde 2013. “Ver un jaguar es muy importante, ya que es indicador de un ecosistema sano. Pero ver un jaguar hembra es esperanzador, ya que significa que es posible la reproducción”, aclara Gilberto. La gente de la comunidad recibió la noticia con emoción y acordaron colectivamente nombrarla “la abuela”, como símbolo de sabiduría y esperanza para la comunidad.
Gracias al monitoreo de la especie, la comunidad del Ejido de Munihuaza comprendió la importancia de proteger el hábitat de especies como el jaguar. Pero el esfuerzo debe ser permanente, como menciona Díaz, “Es fundamental fortalecer las estrategias de monitoreo y difundir la información para que la gente de las comunidades se apropie y cuide de lo suyo”, porque “la conservación no es sólo proteger el hábitat, sino también el entorno social”, finaliza.
Cinco nuevas especies de serpientes arborícolas han sido descubiertas en las selvas de Ecuador, Colombia y Panamá. Los conservacionistas Leonardo DiCaprio, Brian Sheth y la organización Naturaleza y Cultura Internacional eligieron los nombres de tres de las especies en honor a sus seres queridos y a la vez crear conciencia sobre la destrucción de los bosques tropicales a causa de la minería de oro. La investigación fue realizada por el biólogo ecuatoriano Alejandro Arteaga y el biólogo panameño Abel Batista.
Sibon irmelindicaprioae, llamada así en honor a la madre de Leonardo DiCaprio. Habita en el bosque de Chocó-Darién en el este panameño y oeste colombiano. Fotografía de Alejandro Arteaga de la Fundación Khamai.
Tanto las zonas montañosas de la Alta Amazonía como el bosque Chocó-Darién son reconocidos mundialmente por la riqueza de nuevas especies descubiertas en la región. Sin embargo, también albergan algunos de los depósitos de oro y cobre más grandes del mundo. Durante la pandemia de COVID-19, la proliferación de operaciones mineras ilegales de oro y cobre a cielo abierto en la selva de Ecuador, Colombia y Panamá afectó particularmente a un grupo de cinco nuevas especies de serpientes arborícolas: las caracoleras.
Operaciones de minería ilegal en las costas del Río Nangaritza, al sureste del Ecuador, hábitat de al menos cinco especies de serpientes, incluyendo la serpiente caracolera Welborn (Dipsas welborni), nombrada por Naturaleza y Cultura Internacional. Fotografía de Alejandro Arteaga.
En un período de cuatro meses, mineros tomaron control de un área de 70 hectáreas a lo largo del río Jatunyacu, destruyendo un importante hábitat de selva ribereña y contaminando uno de los afluentes más importantes del Río Amazonas. Fotografía de Iván Castaneira.
Las serpientes neotropicales caracoleras (géneros Sibon y Dipsas) tienen un estilo de vida único que las hace particularmente propensas a los efectos de la minería de oro y cobre. Primero, son arborícolas, por lo que no pueden sobrevivir en áreas desprovistas de vegetación, como es el caso de las minas a cielo abierto. Además, se alimentan exclusivamente de babosas y caracoles, presas de cuerpo blando que se encuentran principalmente a lo largo de arroyos y ríos y, presumiblemente, están disminuyendo debido a la contaminación del agua.
Sibon marleyae, que lleva el nombre de la hija del conservacionista Brian Sheth, fue descubierta en el bosque húmedo del Chocó de Ecuador y Colombia. Fotografía de José Vieira.
“Cuando exploré por primera vez las selvas del río Nangaritza en 2014, recuerdo haber pensado que el lugar era un paraíso virgen y sin descubrir”, dijo Alejandro Arteaga, autor del estudio de investigación de estas serpientes, publicado en la revista ZooKeys. “De hecho, el lugar se llama Nuevo Paraíso en español, pero ya no es un paraíso. Cientos de mineros ilegales de oro se han apoderado de los márgenes del río con sus retroexcavadoras, destruyéndolos y convirtiéndolos en escombros.”
La presencia de un área de conservación puede no ser suficiente para mantener a las serpientes caracoleras a salvo. En el sureste del Ecuador, los mineros ilegales se están acercando a la Reserva Maycu, ignorando los derechos de los terratenientes y amenazando violentamente a cualquiera que se oponga a la extracción de oro. Incluso los guardabosques y sus familias se ven tentados a dejar sus trabajos para dedicarse a la minería ilegal, ya que es mucho más lucrativa.
Un guardaparques local comenta que al extraer oro del río Nangaritza, la población local puede ganar el salario de un año en solo unas pocas semanas. “Claro, es ilegal y está fuera de control, pero las autoridades tienen demasiado miedo de intervenir”, dice el guardaparques. “Los mineros son demasiado violentos e impredecibles”.
Dipsas welborni lleva el nombre de David Welborn, ex miembro de la junta directiva de la organización Naturaleza y Cultura Internacional. La ONG administra la Reserva Maycu, un área de conservación privada donde habita esta serpiente y muchas otras especies nuevas. Fotografía de Alejandro Arteaga.
La bióloga ecuatoriana Amanda Quezada durante el descubrimiento de la nueva especie Dipsas welborni en la Reserva Maycu, al sureste del Ecuador. Fotografía de Alejandro Arteaga.
En Panamá, la minería de cobre a gran escala está afectando el hábitat de dos especies nuevas: Sibon irmelindicaprioae y S. canopy. A diferencia de la minería ilegal de oro en Ecuador y Colombia, la extracción en este caso es legal y está a cargo de una sola corporación: Minera Panamá S.A., subsidiaria de la empresa canadiense de minería y metales First Quantum Minerals Ltd. Aunque la destrucción del bosque en las minas panameñas es mayor y se puede ver fácilmente desde el espacio, sus límites están claramente definidos y la empresa está bajo la supervisión de las autoridades ambientales locales.
La minería ilegal en la Alta Amazonía ecuatoriana se duplicó entre 2021 y 2022. Fotografía de Jorge Anhalzer.
“Tanto las minas a cielo abierto legales como las ilegales son inhabitables para las serpientes comedoras de caracoles”, dice Arteaga, “pero las minas legales pueden ser el menor de dos males. Como mínimo, respetan el límite de las áreas protegidas cercanas, responden a una autoridad superior y, es poco probable que ejerzan violencia contra los guardaparques, investigadores y conservacionistas”.
Sibon canopy fue nombrada en honor a los hostales ecológicos de Canopy Family, particularmente el Canopy Lodge ubicado en el Valle de Antón, provincia de Coclé, Panamá. Fotografía de Alejandro Arteaga.
Sibon canopy, una de las especies descritas recientemente, parece tener poblaciones bastante estables dentro de las áreas protegidas de Panamá, aunque en otros lugares casi el 40% de su hábitat ha sido destruido. En el Parque Nacional Omar Torrijos, donde se encuentra, se ha reducido el número de guardaparques (muy pocos para un área protegida tan grande). Esto facilita que los madereros y los cazadores furtivos lleguen a hábitats previamente vírgenes, esenciales para la supervivencia de las serpientes.
En la Amazonía ecuatoriana, mineros de oro se esconden en el bosque durante controles militares y reanudan sus actividades días después. Fotografía de Jorge Anhalzer.
Una minera ecuatoriana muestra el oro que ha recolectado y que utilizará para pagar cualquier emergencia familiar. Fotografía de Iván Castaneira.
La falta de empleo y el alto precio del oro agravan la situación. Ninguna actividad legal puede competir contra la “bonanza del oro”. Cada vez con más frecuencia, campesinos, guardabosques y pueblos indígenas recurren a actividades ilegales para proveer para sus familias, particularmente durante situaciones de crisis como la pandemia de COVID-19, cuando la financiación de las ONG estaba en su punto más bajo.
Sibon ayerbeorum, una especie previamente conocida solamente en Colombia fue encontrada también en Ecuador. Fotografía de José Vieira.
“Estas nuevas especies de serpientes son solo la punta del iceberg en términos de descubrimientos de nuevas especies en la región, pero si la minería ilegal continúa a este ritmo, es posible que no haya una oportunidad para hacer descubrimientos futuros,” concluye Alejandro Arteaga.
Afortunadamente, tres ONGs en Ecuador y Panamá (Naturaleza y Cultura Internacional, Khamai, y Adopta Bosque) tienen como misión salvar el hábitat de las serpientes de la fiebre del oro. Apoyar a estas organizaciones es vital, porque su búsqueda de medidas inmediatas de protección para la naturaleza es la única forma de salvar a las serpientes de la extinción.
¿Cómo se relaciona la vida silvestre y los ecosistemas?
El término “vida silvestre” se refiere a toda la vida en la naturaleza. Abarca todos los seres vivos, incluidos mamíferos, peces, reptiles y aves, conocidos colectivamente como fauna y, a veces, incluye plantas o flora. Estos son los componentes del hábitat y juegan un papel importante dentro de ellos.
Por otro lado, los ecosistemas son más como una red que incluye toda la vida silvestre y las partes vivas del sistema (factores bióticos), pero también las partes no vivas del medio ambiente (factores abióticos), incluidos el clima y el paisaje. Todo en esta red está interconectada y está interactuando entre sí. Los ecosistemas pueden ser muy pequeños, como una poza de marea singular, o muy grandes, como un bosque. El mundo está formado por muchos ecosistemas interconectados y, en unos pocos casos, el mundo en sí mismo se conoce como un ecosistema singular.
¿Por qué es la vida silvestre tan importante para su ecosistema?
Picture 1: Food chain with fox as predator (top), rabbit as prey (center), and grass as rabbits' food source (bottom).
Hasta ahora, hemos establecido que la vida silvestre vive dentro de un ecosistema, pero ¿por qué es tan importante para el ecosistema y por qué existe un impulso para proteger especies individuales cuando ecosistemas completos están amenazados?
Imagina una cadena alimenticia simple. En la Imagen 1, tenemos un zorro como depredador, los conejos como presa y el pasto como fuente de alimento de los conejos, también conocido como el productor primario. Cada uno de estos niveles (más conocidos científicamente como niveles tróficos) tiene un papel que desempeñar en la cadena. El pastoreo de los conejos en la hierba evita el crecimiento excesivo de la vegetación, pero los zorros que los depredan mantienen controlada la población de conejos.
Ahora, si eliminamos uno de estos niveles, terminas con una interrupción, que se extiende por el resto de la cadena alimenticia. Por ejemplo, en la Imagen 2a, se ha quitado el césped. Esto podría suceder como resultado de la sequía o, potencialmente, de la pérdida de hábitat debido al desarrollo humano. El resultado de esto es que los conejos no tienen suficiente comida y muchos pueden morir. Esto, por supuesto, pasará más adelante en la cadena y causará problemas a los zorros, ya que su fuente de alimento es baja.
Otro ejemplo, en la Imagen 2b, es de arriba hacia abajo, por lo que los zorros pueden eliminarse o reducirse de la cadena. Esto se ve a menudo en la naturaleza cuando los depredadores son cazados hasta casi la extinción o una enfermedad fatal pasa a través de la especie. Para este ejemplo, los conejos tienen menos presión depredadora, por lo que su número aumenta dramáticamente. Esto puede ser bueno para los conejos a corto plazo, pero si se les deja solos, podrían sobrepastorear el área. Con el tiempo, la hierba sufriría, ya que no podría regenerarse lo suficientemente rápido. Una vez que los conejos hayan sobrepastoreado su fuente de alimento, no tendrían suficiente comida, competirían entre sí y muchos correrían el riesgo de morir de hambre.
Picture 2a (left) and 2b (right): Food chain where the red cross shows which level has been removed or reduced and images shaded in red show potentially threatened as a result.
La red de ecosistemas: el Parque Nacional de Yellowstone y la reintroducción de lobos grises
El ejemplo de la cadena alimentaria es increíblemente simple y no considera la gran variedad de otras partes silvestres y no vivas del ecosistema que podrían verse afectadas por la pérdida de una sola especie como el zorro. Para comprender realmente cómo funciona un ecosistema y por qué la vida silvestre es tan importante para él, debemos expandirnos aún más.
Uno de los casos más notorios de cómo un ecosistema entero fue alterado por una especie singular es la reintroducción de lobos grises en el Parque Nacional de Yellowstone. En la década de 1930, los lobos de este lugar de renombre mundial fueron eliminados del parque debido a la caza excesiva, principalmente por temor a que atacaran a las personas o mataran al ganado. Una vez que los lobos desaparecieron, los alces, que habían sido una presa importante para los lobos, pudieron prosperar. Con los alces bajo mucha menos presión depredadora, su número aumentó dramáticamente y comenzaron los cambios en el ecosistema.
En la Imagen 3, se puede ver una idea simple de cómo se veía el ecosistema del Parque Nacional de Yellowstone, con el alce en el centro de la red. El aumento en el número de alces provocó una serie de consecuencias indirectas para el ecosistema (también conocida como cascada trófica) porque estaban sobrepastoreando y sobreexplotando la tierra, incluidas muchas de las bayas que también alimentaban a los pájaros cantores y los osos pardos. El ramoneo del alce en los brotes de las plantas jóvenes impidió el crecimiento de los arbustos, lo que provocó que las especies de presa, como los conejos, tuvieran menos áreas para esconderse de sus propios depredadores. Si recuerdan el ejemplo de la cadena alimenticia con el zorro y el conejo, ahora deberían comprender cómo afectaría eso a todos los niveles.
Los alces no tenían miedo de permanecer largos períodos en las orillas de los ríos, donde antes podrían haber sido atacados por los lobos. Sobrepastorearon la vegetación joven a lo largo de los ríos, lo que debilitó las riberas y provocó la erosión de las riberas, lo que provocó que los ríos se ensancharan. El agua también se calentó ya que la falta de árboles y vegetación en la orilla significaba que había menos áreas sombreadas para refrescar el agua. Estos cambios en el río provocaron un cambio en la biodiversidad de las poblaciones de peces. Los castores también sufrían porque los sauces en las orillas del río no podían crecer más allá de los brotes. Los sauces proporcionan alimento a los castores, además de ser el recurso que utilizan los castores para crear sus presas. Sin sauces más grandes, los castores no podían sobrevivir los inviernos, por lo que en Yellowstone la población se redujo a una sola colonia de castores.
En 1995, los lobos fueron reintroducidos en el Parque Nacional de Yellowstone. Como era de esperar, los lobos comenzaron a depredar al alce, lo que mantuvo al alce en movimiento y redujo la presión que el alce ejercía sobre las riberas de los ríos y otras plantas jóvenes. De repente, las cosas empezaron a cambiar y hubo bayas para los pájaros y los osos, y arbustos para los conejos y otras especies de presas. Las orillas de los ríos eran más fuertes ya que contenían más vegetación, lo que evitó la erosión de las orillas y creó más áreas sombreadas, lo que proporcionó agua más fresca para los peces. Sin embargo, con mucho, el cambio más notable se debió al crecimiento de los sauces, lo que permitió a los castores usarlos para crear presas para sobrevivir el invierno. Los castores comenzaron a regresar a Yellowstone y las represas que construyeron elevaron el nivel freático, por lo que el agua estuvo disponible de manera más constante durante todo el año para la vegetación circundante. Desde 1995, las colonias de castores han ido en aumento y sus represas han cambiado el curso de los ríos en el Parque Nacional de Yellowstone.
Todo el ecosistema se ha beneficiado de la reintroducción de lobos en Yellowstone porque los lobos son lo que se conoce como una especie clave, que es una especie importante, sin la cual, puede causar el colapso de su ecosistema. Sin los lobos, los alces no estaban controlados y la red se estaba desmoronando. Ahora que los lobos regresaron al parque, el curso de los ríos se ha visto alterado.
Picture 3: Yellowstone National Park network showing the connectivity of species in the park.
Protegiendo la biodiversidad en Naturaleza y Cultura Internacional
En Naturaleza y Cultura Internacional, que proteger la biodiversidad significa proteger sus hábitats. Actualmente estamos trabajando en múltiples proyectos de conservación para proteger especies en peligro de extinción, como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus) en Perú y el jaguar (Panthera onca) en Bolivia. Al igual que el lobo gris en Yellowstone, estas especies son importantes para sus ecosistemas, entonces, ¿quién puede decir cuáles serían las consecuencias de su pérdida para el hábitat?
Toda la vida silvestre es vital para mantener equilibrada la balanza de la vida. La UICN estima que aproximadamente 40,000 especies en todo el mundo están en peligro de extinción: incluidos mamíferos, anfibios, tiburones, aves y plantas. Nuestra biodiversidad global está disminuyendo, por lo que todos debemos unirnos para evitar que nuestros ecosistemas colapsen protegiendo hasta la última especie.
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