Estudio describe nuevas especies de ranas en el sur del Ecuador
07/06/2023
Los anfibios cumplen un rol fundamental en la vida del planeta. Estas especies son consideradas claves en las funciones ecológicas de los ecosistemas, pues son controladores de insectos y constituyen alimento de muchos otros animales. Científicos del Museo de Zoología de la Universidad Técnica Particular de Loja (MUTPL), identifican a los anfibios como potenciales indicadores biológicos del estado de los ecosistemas; por ejemplo, las ranas de cristal depositan sus huevos en quebradas libres de contaminación, por lo que su presencia puede significar agua de buena calidad.
El científico del MUTPL, Diego Armijos-Ojeda, considera que las investigaciones realizadas en el sur del Ecuador han permitido conocer nuevas y diversas especies de ranas y encontrar algunas que se creían extintas. Recomienda valorar la biodiversidad de esta zona que aún está en proceso de ser descrita, pues en algunos casos especies desaparecen sin conocerlas, como ha sucedido en el Abra de Zamora.
El Abra de Zamora es una zona de páramo arbustivo que se ubica en la cordillera de los Andes entre las provincias de Loja y Zamora Chinchipe, al norte del Parque Nacional Podocarpus y es aquí donde durante los últimos 30 años parecen haberse extinguido al menos cuatro especies de ranas, según los reportes del MUTPL.

Aproximadamente a 730 kilómetros de la ciudad de Quito, Ecuador, en la provincia de Zamora Chinchipe, se encuentra la Reserva Natural Numbala, en el cantón Palanda, en un rango altitudinal de 1700 a 3120 msnm, con una superficie de 1895 hectáreas.

En los páramos y bosques nublados, en el límite de las provincias de Loja y Zamora Chinchipe, se encuentra el Parque Nacional Podocarpus, cuya superficie es de 144993 hectáreas, en un rango altitudinal de 1000 a 3800 msnm.
En estos ecosistemas altoandinos de los alrededores del Parque Nacional Podocarpus, los científicos Paúl Székely, Diana Székely, Diego Armijos-Ojeda, Santiago Hualpa-Vega y Judit Vörös, descubrieron tres nuevas especies de ranas de lluvia del género Pristimantis (Familia Strabomantidae). Esta investigación se realizó entre el equipo del MUTPL, Hungarian Natural History Museum y la Organización Green Jewel, y fue recientemente publicada en la revista Herpetological Monographs, bajo el nombre de “Molecular and Morphological Assessment of Rain Frogs in the Pristimantis orestes Species Group (Amphibia: Anura: Strabomantidae) with the Description of Three New Cryptic Species from Southern Ecuador”.
Las tres ranas fueron descritas con los siguientes nombres científicos:
Pristimantis numbala, se distribuye en la zona alta de la Reserva Natural Numbala, en los bosques nublados de esta reserva.
Pristimantis sagedunneae, se distribuye en el páramo arbustivo del Abra de Zamora y la zona de Cajanuma, en el Parque Nacional Podocarpus.
Pristimantis paladines, se distribuye en páramos arbustivos ubicados al sur del Parque Nacional Podocarpus.

Para conocer los detalles de esta investigación, el equipo de comunicación de Naturaleza y Cultura Internacional conversó con Diana Székely, una de las científicas responsables del estudio, y esto fue lo que nos comentó:
¿Cómo fue el descubrimiento de las tres nuevas especies?
Durante más de 7 años, se han venido realizado expediciones, en un esfuerzo de monitoreo para estudiar y conservar la biodiversidad de este sitio único en el mundo. Así fueron encontradas las tres nuevas especies de rana para la ciencia. Una vez encontradas, los caracteres morfológicos de cada uno de los individuos se compararon con las especies conocidas.
Como era evidente que estas ranas eran diferentes a cualquiera de las especies conocidas anteriormente, se recolectaron muestras que fueron depositadas en el Museo de Zoología de la UTPL. El análisis de ADN confirmó que, de hecho, estábamos tratando con tres nuevas especies, estrechamente relacionadas, de ranas con desarrollo directo. Además, las relaciones genéticas indicaron que son una rama evolutiva de ranitas que suelen vivir en el interior de las bromelias (familia Bromeliaceae), pero que se han adaptado a vivir como arborícolas.
¿Qué amenazas enfrentan las nuevas especies?
Sabemos poco sobre la ecología y la historia de vida de estas especies. Las tres especies tienen fuertes preferencias de hábitat en bosques densos y vegetación arbustiva de zonas altoandinas (más de 2800 msnm), se las puede encontrar sobre ramas o paredes de piedra cubiertas de musgo justo debajo del páramo; es decir, en sitios muy húmedos.
Esta fuerte dependencia de un tipo particular de hábitat indica que, cualquier cambio que pueda ocurrir, ya sea causado directamente por el cambio de uso de suelo como la tala de bosques o indirectamente por el cambio climático o por la reducción de la humedad, implica que las especies corren un alto riesgo de desaparecer, pues no tendrían donde vivir.
Además, nunca son abundantes en sus hábitats y probablemente tienen poblaciones pequeñas, aunque las razones e implicaciones de esto requieren mucha más investigación.
¿Cuál es la importancia de las áreas protegidas para la preservación de los ecosistemas de estas especies de rana?
Las tres especies se encontraron sólo dentro de áreas protegidas o en sus inmediatos alrededores, aunque también se llevó a cabo un extenso trabajo de campo en el exterior. Sin embargo, no podemos estar seguros de que las especies no estén distribuidas afuera. Por ahora, consideramos que estas áreas protegidas (tanto estatales como privadas) actúan como refugios para la permanencia de este linaje tan especial de diminutas ranas.
¿Qué acciones son necesarias para la protección de esta y otras especies?
Como se mencionó anteriormente, no se sabe mucho sobre la biología y las necesidades de estas especies. Por lo que sabemos, pensamos que lo más importante para su conservación es el mantenimiento de su hábitat lo más cercano posible al estado original. Esto garantizará no sólo su conservación, sino también la protección de otras especies emblemáticas que comparten el mismo espacio. Sin embargo, se necesita mucho más trabajo a partir de ahora, para comprender cómo estas ranas podrían verse afectadas por el cambio climático, las enfermedades y la introducción de especies exóticas invasoras.
¿Cuál es la importancia del descubrimiento de especies nuevas?
Cuando se descubre científicamente una especie, los investigadores publican una descripción de todos sus atributos. Por ejemplo, cómo se diferencia de todas las demás especies ya conocidas, además recibe un nombre único que refleja cómo se relaciona con las demás especies en el árbol de la vida. A partir de este momento, la especie puede ser estudiada en detalle y se recopila información sobre su ecología, demografía y biología de conservación, dado que los individuos de una especie comparten sus requerimientos y características de manera diferente a otras especies. Las medidas que se tomen para su conservación deben ser adecuadas para cada especie. Además, comprender e identificar especies individuales es fundamental para garantizar su conservación y también para evaluar la biodiversidad de un sector o área.

¿Cómo se han apoyado estas investigaciones?
Desde hace 6 años se han venido articulando esfuerzos entre Naturaleza & Cultura Internacional (NCI) y La Universidad Técnica Particular de Loja, para estudiar la biodiversidad de la región sur de Ecuador y combatir las amenazas que enfrentan los ecosistemas tropicales de esta región.
Gracias al apoyo de Rainforest Trust, organización dedicada a promover la conservación de la vida silvestre amenazada y la protección de hábitats, se realizó un estudio de biodiversidad en la Reserva Natural Numbala (administrada por NCI) para explorar sitios prioritarios y muestrear especies faunísticas y florísticas en diferentes taxas: flora, herpetofauna, aves y mamíferos. Durante este estudio se colectó por primera vez ejemplares de la especie que hoy se describe como Pristimantis numbala.
De igual manera, con el apoyo de Rainforest Trust, desde abril 2022 se ejecuta un proyecto para la protección de especies endémicas de anfibios, con la finalidad de proteger los ecosistemas naturales del Abra de Zamora, en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Podocarpus.
También, gracias al apoyo de Andes Amazon Fund, publicamos el libro “Río Negro-Sopladora, el descubrimiento de un tesoro natural” en 2017, una investigación de la riqueza biológica de este territorio que abrió la posibilidad para nuevas investigaciones y la creación de áreas protegidas.
Por otro lado, en el 2019, las medidas de conservación y gestión establecidas entre Critical Ecosystem Partnership Fund (CEPF) y NCI, permitieron que el Corredor de Conectividad Sangay-Podocarpus (CCSP) se establezca como el primer corredor ecológico de Ecuador. El corredor tiene una superficie de 567097 hectáreas y se distribuye entre las provincias de Morona Santiago, Azuay, Loja y Zamora Chinchipe.
En el corredor y sus alrededores, se han venido realizando investigaciones sobre especies nuevas de anfibios, con el objetivo de incrementar el perfil de importancia para su conservación a través del programa Key Biodiversity Areas (KBAs) que posibilita la identificación, cartografía, seguimiento y conservación, para salvaguardar las especies y sus hábitats; con el apoyo de Wild Wisdom Foundation. En ese contexto, recientemente se publicó el libro “Anfibios & Reptiles del Corredor de Conectividad Sangay-Podcarpus”.